
“Blissfully Yours”, dirigida por el tailandés Apichatpong Weerasethakul, es una película en “tiempo real”: una experiencia que desacomoda los modos habituales de ver cine, y que bien vale reflexionar sobre ella.
Sentados frente a la pantalla, asistimos a la proyección de un film de algo más de dos horas de duración: ésa es la realidad de nuestro tiempo. Pero al comenzar esta película, otro tiempo de la misma duración que el real, se nos mete dentro de nuestro tiempo, o más bien, se sobreimprime al nuestro, sin correr en pos de ninguna historia que acelere su transcurrir.
Acostumbrados a subordinarnos al procedimiento narrativo en cine, donde saltamos de suceso en suceso, acortando los tiempos de las acciones que nos llevan hasta ellos, la ansiedad por abrochar un sentido puede exasperarnos al principio. ¿Es que no pasa nada? Pasan cosas, por supuesto, pero la vida es un tejido lento, en el que algunos hilos quedan sueltos, sin hilarse, y esta película trata de este entramado, de este proceso que se va desarrollando. Convertida la cámara en un órgano de percepción, filma las sensaciones de los personajes sin forzar su duración real. Así, una caminata por el bosque se va haciendo al ritmo de los pies que van recorriendo el trayecto, pisando y apartando las hojas, y este trayecto tiene, en la película, la misma jerarquía que el punto de llegada. Así sucede con la mano que acaricia, o extiende la crema sobre la piel lastimada, los pies en el agua, que acompaña con su sonido el roce de los cuerpos, los movimientos sexuales, el llanto de una mujer, las hormigas que caminan sobre la comida, el abrazo y los párpados que se entrecierran. El sentido fluye y la realidad es tan vívida porque nada se apresura. Asistimos a la experiencia de un doble tiempo real. Desde la duración de nuestro tiempo como espectadores somos introducidos a vivenciar el transcurrir de las sensaciones que va abriendo la película, lentamente. En un movimiento de ruptura con nuestro modo de mirar el cine, “Blissfully Yours”, corre el eje de la identificación, a favor del tiempo.
Liliana Piñeiro.