miércoles, 31 de octubre de 2007

INTERVALO



“Es la hora de los recursos. Zurce la voz. Nombra y araña para respirar “
Liliana Piñeiro – Del Otro lado





de repente
quiero el cuarto
su luz en las esquinas
alumbrando pies desiertos

vibra la sangre en el oído
se mece extasiado el intruso
que la voz desvela

amanece bajo las uñas
el grifo de los dientes gotea
una niebla estrecha

la letra se expande como el miedo
alfileres girando sobre el ojo
y un latido muerde espejos


es hora de callar



Lilián Cámera



Estimados: hasta prontito. A veces viene bien guardarse
un poco
Siguen en compañía de Vanesa y Liliana

Dibujo de Oscar Chichoni

martes, 23 de octubre de 2007

BELLEZA CAUTIVANTE

Adonis
(mitología griega)

Nacido de un árbol en el que su madre, Mirra, se había transformado, era de una gran belleza.
Al nacer Afrodita lo colocó en un cofre que confió a Perséfone, diosa de los Infiernos. Cuando quiso reclamarlo, Perséfone, cautivada por la belleza del niño, se negó a entregarlo. Llevado el pleito a Zeus, sentenció que pasase seis meses en los infiernos y otros seis en el Olimpo. Afrodita viéndolo un día dormido desnudo, se enamoró de él. Juntos se dedicaban a la caza, hasta que un día un jabalí enviado por Artemisa destrozó con sus colmillos a Adonis.
De su sangre nacieron las flores llamadas Anémonas.
Otras leyendas dicen que el jabalí era Ares, que por celos quiso matar a Adonis. Al irle a socorrer Afrodita, se hirió con las zarzas del bosque y sus gotas de sangre se transformaron en rosas rojas.


Publicado por EDAF

Vanesa Aldunate

domingo, 21 de octubre de 2007

PAPITO QUERIDO

Cuidado con lo que compran por Internet, puede deparar
sorpresas…
Ahora que la tarjeta de crédito nos permite elegir cualquier
cosa con un clic y el mundo como escaparate se nos complica
en una oferta casi infinita.
La mercancía puede llegar desde el más allá, en forma de
fantasma o algo peor: la insistencia de una muerte que
subvierte la pulsión freudiana.

Demostrando aquel viejo refrán “de tal palo tal astilla,” Joe
Hill se vuelve un parricida confeso y destrona al rey (1) de
las listas de los más vendidos con una historia escalofriante.

Una estrella de rock retirada, Jude Coine, vive en una
apartada mansión en compañía de Georgia , su novia muy
joven , su representante Danny y dos perros Angus y Bon.

Adicto a los objetos relacionados con lo sobrenatural, guarda
una increíble colección, muchos de ellos obsequiados por sus
propios admiradores: un cráneo de campesino muerto en el
siglo XVI con una trepanación para liberarlo de los demonios,
la confesión escrita de una bruja quemada en la hoguera, un
lazo con el que se ha ahorcado a un hombre a principios del
siglo pasado, dibujos de un pedófilo mientras está en la cárcel
y hasta una cinta pornográfica en la que alguien es realmente
asesinado durante el acto sexual.

Por eso cuando su representante le avisa que se vende un
fantasma por Internet Jude no puede resistirse, sin saber lo
que vendrá compra “El traje del muerto,” sutil venganza que
se urde desde la región oscura, para poner de manifiesto
que de la muerte sí se vuelve .

Recibido el extraño paquete, nada volverá a ser igual en la
vida del cantante. Dejando atrás los días de ocio, deberá
emprender, luego del suicidio de su representante, una
huida desesperada e inútil, porque, cómo se destruye lo que
ya no existe?

Los perros tendrán un papel especial, por lo que les aconsejo:
tengan a mano uno, si quieren tener una oportunidad!
curiosas criaturas las que guardan los canes…

Fantasmas vengadores, fantasmas traicioneros que urden
rencores, la negación de la propia vileza como arma y contra
espejo, padres que aman a sus niñitas más de la cuenta, ojos
bien cerrados y ojos negros, negros del vacío de una carretera
de otro mundo. Qué nos aguarda en las lindes? Los lugares
conservan la antigua maldad que los habitó?
El pasado siempre está ahí, de alguna forma para decirnos lo
que somos, lo que fuimos, lo que se perdió pero vuelve en una
melodía desencajada.
El dedo nos apunta, pero no desde el mandato moral, desde
la tumba misma, y nos aguarda en silencio, en las esquinas de
las habitaciones, para susurrarnos que jamás estaremos a salvo.

Joe Hill, transmuta la sustancia de la pesadilla, corre el velo
y conjuga el parricidio esperado, desde su escritura en
superación, desde la ficción en el padre agónico que desata la
otra posibilidad monstruosa: la intrusión.
Pues criaturas de una sangre, nos develamos carne al fin para
correr lejos, muy lejos y evitar las cuencas vacías del desamor,
la casa natal como astilla en los pies, el viejo retumbar de las
botas en los pasillos.

Uds. comprarían el traje del muerto?

Lilián Cámera


(Heart-Shaped Box (original)es el título de una canción de Nirvana)
(1) Joe Hill es hijo de Stephen King


http://joehillfiction.com/
sitio oficial del escritor con detalles de toda su obra.

lunes, 15 de octubre de 2007

Wong Kar Wai: Días Salvajes


El director chino Wong Kar Wai se caracteriza por filmar el amor con una envolvente música latina en tono de melodrama, acompañando la belleza de las imágenes. Configura así un estilo característico propio del cine de autor. Desde su primer película :"As Tears Go By" o "El fluír de la lágrimas", hasta la trilogía :"Días salvajes", "Con ánimo de amar"y "2046" , nos brinda una pintura de los encuentros y desencuentros del deseo. Así surge de sus declaraciones: " Es verdad que mis personajes están terriblemente solos, pero quieren dejar de estarlo. Buscan desesperadamente algo: lo malo es que lo que buscan ya pasó. Ahí surge la nostalgia, la culpa y el dolor..."

A veces la poesía es mendiga del cine que la convoca. Recoge sus sobras y deja la palabra. Aquí va una muestra:


Días salvajes


El crece sin pies y sus alas deformes planean un vuelo corto. Lleva consigo la llaga de las madres. Vienen días salvajes: el brillo del furor opaca la ternura.
El amor es una pobre versión de lo que nunca ha tenido. Y si ella, la de pies ligeros, apura su paso, queda un solo minuto en la eternidad.

Sin mujer enfrentará la muerte.


Liliana Piñeiro.

miércoles, 10 de octubre de 2007

LASTIMARTE


Con garrotes golpearte para castigarme siendo todo mi yo

Solo sin reprochar el daño
ignoro mi cuerpo que juega contigo en el espejo

Desmesura colapsada
tu imagen siendo yo en tus ojos se refleja

Ser Tú para odiarme castigarme

Ser yo y amarte contra mi cuerpo
amortajarme y sentirme
como sientes Tú el dolor que te prohibo

Ser tú y yacerme cuando tu vaivén
culmine en espacio acallado
sobre el mármol de mi cuerpo

Ser tú para sentir mi calor y decolorarme
Ser tú en mí
Ser yo en ti
y tú solo tú por mi renacer atestiguado
tu yo
tuyo
tu yo mío
yome
yome temo
tamo yotu


Vanesa Aldunate

miércoles, 3 de octubre de 2007

CALIGRAFIA EN LA ARENA DEL TEMPLO


Así permanecimos despiertos en lo más alto de la noche del ser.
Un arbusto se quebró.
Ruptura secreta, ¿con qué pájaro de sangre circulabas por
nuestras tinieblas?

Yves Bonnefoy
(Del movimiento y la inmovilidad de Douve)


Pocas veces he tenido tanta dificultad al hacer una selección de
textos como en los poemas que hoy nos obsequia Patricia Damiano.
Obstáculo que comienza al dejarse ir por estos pasajes que asumen una belleza y una perfección difíciles de encontrar en la poesía actual. Dudas al sentir que debiera incluirlos a todos.
Pero, ¿Qué convocan las imágenes de sus poemas? Por lo pronto nos dejan al descubierto en una playa donde arrecia una tormenta de otros tiempos, el tiempo donde se escuchan sigilosos los pasos de los Dioses idos, exiliados a un paisaje de un jardín anhelado y distante.
En esas huellas se inscribe la palabra de esta poeta, pulsando por ese momento donde los héroes de antaño, reflejaban el temblor de un ánima capaz de revelar un mundo de exquisita sensibilidad.
Si el bosque guarda como símbolo lo oculto, en los rostros de las criaturas que acechan, si la playa esgrime un contexto desértico donde el agua es la sed nunca saciada, estos textos nos sumergen en el sueño, en la entropía de otro lugar más allá del lugar, o en esas lindes de las lindes como diría Vallejo.
Grafía de un pulsar en los límites, emanan una carnadura vibrátil, pasta de esa sustancia donde las preguntas devienen en desvío y el desvío en una nueva posibilidad de rescatar las voces del rayo. Descienden volátiles sobre la hierba, apresando un instante de desasosiego, el que deja la huella del león, de la hiena, sobre la estepa que es ya recuerdo.
Acomodados tras el devenir de sus pies, a veces destrozados por los escombros, a veces leves en la tibieza de un amanecer prometido, nos queda apresar la policromía de su canto, intentando siempre intentando acomodar el latido a la garra, el grito al sueño de un nueva noche.
Lilián Cámera

La especie


Bajo apercibimiento de morir decapitado, convócame. Todo es atroz en el mundo de los insectos.

Vuelve al criterio único: salvar la especie.

El poema es eso, sobrevivir a toda costa. Somos el peor de los infiernos y decimos ser dichosos si el sol se alza, ineludible. Mira la lapicera deslizándose sobre el papel, ella es sierpe y perjura en la nieve.

Una noche barroca, las rodillas sobre el suelo, la inquietud de algunas danzas.

Ve por el borde hasta reconocerme. Allí me tuerzo, como una alimaña, en el estupor.

Sólo el candor te destruye al nacer, larva y placenta y túnica. Un secreto en ciernes.

Todo podría ser mentira.




El agua


Dentro de mí, herido. Ella dijo la primera palabra y fue partera e incinerante, las cenizas que espero. Vuelve al recuerdo con ojos ulcerados: vuelve. Cada vez.

Ay de mí, se apiada Segismundo. Oh, pérfido, serás clausura. Los cerrojos temblarán en tu lengua. Cadenas de oro en el tobillo y una túnica como mortaja. Levanta el duelo, pronuncia el árbol que adivinamos y la rosa en el agua. El agua.

El agua

El agua sólo la mano sólo la pérdida sólo el lienzo. El cuarto a oscuras, la sílaba de una sinfonía perfecta. Escondíamos la daga como una clave siniestra y entonces el agua otra vez.

El guijarro.

Abre la mano, un guijarro he dejado por la noche y uno por el precipicio. La mano se abre a esos dones y amanece. Regrésame la vía láctea antes de que todo sea resurrección migaja.

El río o Parménides, decías aquella madrugada, y no, no hubo error.




Gothic


Esta noche el viento ha de aterir nuestra ventana. Diles que escriban el viento en la mansión oscura. Que convoquen la palabrasilenciotajo. Diles que beberán en exceso de la copa de jengibre. Se batirán con dios si dios accede.

Y luego el sueño y el cuchillo y el borde de las historias.

Cede a mi deseo; sobre la mesa habrá papel blanco y tinta y un cuenco vacío. Los que escriben están escuchando el miedo vegetal, esta muda criatura por nacer, esta medianoche.

Y serás agonía, y el cántaro.

Ellos permitirán que el amanecer se demore.

Ve, convócalos para mí.

Pactaremos.

Byron herirá la calma con sus ojos de hermano solo. Te tenderá la pluma y le dirás que sí. No serás Shelley esta noche ni el ángel ni la clave que todos buscan. Vendrás y te irás como la espuma. En las escaleras, el mármol guardará tu sombría pena descendiendo. El monstruo se está gestando con otro nombre.

Acaso pide a gritos lo nombremos.

Diles que esta noche el viento es más que una espada.



Patricia Damiano
“de Chacal de Noche”



(Ver selección de poemas)
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