sábado, 28 de julio de 2007

Marguerite Duras "El Mal de la Muerte"


“El mal de la Muerte” de Marguerite Duras es un texto inclasificablemente bello.
Pasa desde la novela a la prosa erótico-poética y al texto teatral enlazado de una manera imperceptible generando así la sensación de que todo esta escrito en términos de acotación, especificando conscientemente la orden directa del escritor, desde la acción hasta la contención emocional que lo guía.

Extraño lenguaje donde se combinan varios estilos.

El texto funde el cuerpo de los personajes, el cuerpo del escritor, la muerte y el amor donde la belleza produce violencia.

Como no cuestionarse luego de leer a Duras sobre el comienzo y fin de nuestros días, sobre nuestra condena antes de nacer, sobre los refugios encontrados…

(ver nota completa)

Vanesa Aldunate

4 comentarios:

Alucard dijo...

"El Mal de la Muerte", sin duda un título que envuelve varias esencias embotadas. A la vista y al oído es muy llamativo, y por ello su contenido debe ser excelente por lo que aquí nos comentas. Un día le dije a alguien que la muerte, en mi particular opinión, no es un mal, tan sólo es un estado de descanso y la entrada al reposo eterno. "La muerte sólo aparece cuando se olvida al que nos ha dejado".

meridiana dijo...

Gracias alucard hermoso comentario.
Sinceramente todavía estoy en la etapa en la que busco respuestas y quizas "deshacerme de aquellos que aparecen siempre, justamente porque no se puede olvidar. Al que nos ha dejado y reposa para siempre con el miedo de que nos olvide"
Un gran saludo
Vanesa Aldunate

Anónimo dijo...

Siempre pensé si habría una patología inversa a ese "mal": la incapacidad de amar, o es al revés Vanesa?; ambas son capacidades mutiladas, el agnosticismo frente a ese oasis, a esa ciudad, a ese edén...a la certidumbre de lo eternamente incierto.

meridiana dijo...

Ciertamente, no creo que sea al reves. Estoy deacuerdo con M. Duras en cuanto a que la imposibilidad de amar, de honrar, de respetar, de defender y de luchar, por otro ser humano significa padecer ese mal, es estar enfermo de faltas es como poseer huecos, oasis sin porqués.
En cuanto a "la certidumbre" creo que hasta ella es incierta dado que nadie la conoce.
Un afectuoso saludo
Vanesa Aldunate