domingo, 27 de mayo de 2007

LA METAMORFOSIS DE LA NIÑA


Qué poesía hubiera parido Alejandra sin aquel Setiembre de 1972?
En la última carta a su amiga habla de una gestación, una excrecencia de lo ajeno dentro sí, muy lejana a "la niña de seda sonámbula ahora en la cornisa de niebla" y de la "aguardadora insomne".
Pega el salto y se desvela para siempre, pero deja un mojón, su nonato deforme se cuela un año antes, en una contracción sietemesina: escribe Sala de Psicopatología, internada en el Pirovano. Aúlla para nadie y para todos, incendia su cuidadoso lenguaje y nos deja una senda abierta. Treinta y seis años después, agradezco esa furia.


Lilián Cámera


"He sido expuesta algunas pruebas algo excesivas (pero si no hay peso ni medida!) Y ahora sé un poquito más (por eso ya no me siento a la mesa y rumio horas y horas un adjetivo de algún poema) Sé un poquito más, comprendo algo más; y sí, es tan terrible y viviente y vibrante esto que alienta en esto que ahora soy. No sé en qué me he convertido. Pero mi mayor defecto lo sabés: la fidelidad.

"se fiel hasta la muerte" (Apocalipisis). Que desmemoria no te guíe.

Un abrazo muy tierno de TU


Alejandra"


Fragmento de una carta a Ivonne Bordelois 05/07/1972


3 comentarios:

Javier Galarza dijo...

"...es tan terrible y viviente y vibrante esto que alienta en esto que ahora soy..." creo que esta es la frase clave de la carta amiga lilián. lejos de toda victimización, alejandra se halla en un estado "viviente" y "vibrante", por lo tanto "terrible"... "el horror y el éxtasis ante la vida" en palabras de baudelaire.
me pregunto si un exceso de vida también puede ser un caudal inasimilable.

meridiana dijo...

Por eso hablo de nacimiento, en verdad creo que eso viviente y vibrante que anidaba en ella, tenía la furia, y la destrucción y la belleza de un tsunami.
Alejandra diciendo "todo es concha"
era un cross a la mandíbula de su propia poesía. Y esa rabia visceral cubriendo su agonía, no es otra cosa que vislumbrar ese exceso que en la vida puede agotarnos. Exceso de un temblor. Como dice Ud. estimado, que sabe mucho más que yo sobre este tema, ese caudal inasimilable se escurrió en aquel día, entre esperas y llamados, como Sylvia Plath y el cálculo de una niñera que llegó demasiado tarde.
Pero las palabras están ahí quien quiera oir que oiga.

meridiana dijo...

Gracias Lilián, por publicar el texto de Alejandra
Su "tenebrosa ambigüedad" nos permite atisbar lo inasimilable de la vida, lo que está debajo de todas las máscaras.

Liliana.