Era una hamaca sin color y sin sostén
Pendía del aire igual que el árbol que guarecía
Entre sombras y rojos se sentaba
El también flotaba
De pronto el péndulo iba y venia
la ley que intuías estaba frente a Tí
Ahí comprendiste, pendulaste
Pendía del aire igual que el árbol que guarecía
Entre sombras y rojos se sentaba
El también flotaba
De pronto el péndulo iba y venia
la ley que intuías estaba frente a Tí
Ahí comprendiste, pendulaste
Vanesa Aldunate
11 comentarios:
Me recordaste estos, mis versos. Te los comparto:
*Campanario*
Se marchita, al besar el viento,
el repicar de las campanas.
hermoso y creo comprenderte, espero no sonar petulante si te cuento que una vez escribí:
"Paralela a la luna
menguo
en el chinchorro"
en Venezuela una hamaca y un chinchorro son casi lo mismo
garcín: Hermosos versos.
Te agrego para compartir:
"Y se renueva en cada golpe
doloroso y cansado
la lágrima de Cristo"
Un saludo
Vanesa Aldunate
Gata insomne: petulante, para nada, al contrario te agradezco que compartas con nosotros tus versos.
Un abrazo
Vanesa Aldunate
.
te invito a posmópolis, santísima posmópolis.
Entre la penumbra de la vereda
andaba por lares desconocidos,
un pequeño caminante que descubre
entre la noche la luna, es un vaivén
de luminosos colores, pero tan confusos que no dejan ver más allá de la amaca de la ventana.
Ofrezco disculpas por mi tan prolongada ausencia, y mando un saludo.
Un bello poema sobre ciertas iluminaciones que el azar nos regala...
Muy bueno, Vanesa.
Alucard no se preocupe, siempre es bienvenido.
Cualquier vaiven es placentero ya sea desde una hamaca, desde los sentidos, o desde las dudas.
VAIVENARSE
Un saludo
Vanesa Aldunate
Hanna: muchas gracias
los sentidos también sugieren
pensador ausente: lo visitaremos
Gracias
Vanesa Aldunate
Hermoso. Soy fiel creyente de la ley del péndulo.
Gracias por la réplica.
Publicar un comentario