martes, 27 de mayo de 2008

AUSENCIA


Desde la profundidad inquietante de esa respiración
albergaba el más noble sentimiento de dominio
se podía presentir el desarreglo

Erguido en el centelleo cerebral al que estaba sometido
casi detrás de sus ojos fijos
se hacia visible la futura ruptura del silencio
que acudía en busca de la pequeña víctima

Íntegramente se endurecían los extremos
todo se volvía marfil

Construía una nueva estructura
que le permitiese gritar sin tomar aire

Penetraba en la penumbra clara de la luz que no se ve
Oía colores Presentía
Jugaba alrededor de los fuegos del marcado descenso del oxigeno

- ¡Ayuda! mi mundo no me encuentra - Su mundo lo transporta.
- ¡Ayuda! reconozco aquello que no siento, pierdo mi cotidianeidad –

Como rayo de luz su grito exhala
escapando por la hendija de su iris
Olvidaba un rostro que miraba fijamente

Preguntaban los silencios a que mundo debía someterse
- ¿A dónde pertenezco? ¿Qué paso? ¿Dónde estoy? ¿Quién sos?-
- ¿Mamá?-

Ojos de gorrión sin lágrimas ni acero
explicando tus visiones y tu aura
difícil sensibilidad sin consuelo racional
enmarcado en el rostro de la huida ausente

Lagrimas de hiel
Has perdido el soplo
No escucho tu aliento
No huelo tu sonido

Transfigurando el sol ennegrece la luz divina
Te siento y no estas aquí

Difícil trance aquel en el que recuperas tu conciencia
Difícil entenderte desde afuera

……………………………….
……………………………….
El niño ya respira
Solo ha estado ausente en presencia de todos
Solo jugaba escondiendo su mente

Un nuevo mundo de sensaciones y presentidos se te ha de-velado
- ¡Tranquila mamá estoy de vuelta!-


Vanesa Aldunate


domingo, 18 de mayo de 2008

la mano


Brazada inconclusa, mi mano sale del mar. La superficie reverbera en un movimiento de expulsión, y a lo lejos, la playa se asoma como una película muda. El sol brilla eterno para mis ojos y el azul de este cielo parece, hoy, ser un mensaje.

Cuando el músculo es blando y el latido inútil, siento que voy llegando a algún lugar. El silencio resulta demasiado extraño, casi compacto, y el aire que pasa por mi boca lo astilla en bocanadas cada vez más breves. Aunque mi mano se empecina, todo el pecho es demasiado angosto para la inmensidad.

Sin padre ni madre. Ni plegaria.

Mi mano y yo.

Liliana Piñeiro.

sábado, 10 de mayo de 2008

SEÑORITA




Al pasar por este blog, la Señorita dio pie para hablar (y para escribir) a las Meridianas...
¡Gracias, Mariana!


oscilación

ella
desdicha las hojas de sus gusanos quietos
las deja limpias en huesos de verano

sobre noches amanece
la belleza rodeada por esbirros
alambre entre cielo y plaza desvestida

callada de sí la Señorita duerme


Lilián Cámera



***


cambio

Casi soñada la soledad acompaña este momento
cava un ángulo en el estrecho hueso del nervio oblicuo
para tensar piernas avergonzadas en la punta del dedo

Cuento insignias como rosario que culminan en el cielo ingenuo

Casi olvidada en simultaneidad de colores pierdo
la evaporación de sueños en edad del cambio demorado
Ya se dibuja el pecho con secretos en sombras de las horas de siesta
que desdoblan devoción


Vanesa Aldunate




***



ángulo


ahora que la roca no es refugio
es el turno del equilibrista

Lilián Cámera.

Apretada en un ángulo de la habitación, ella sabe. El sol saldrá en unos minutos y armará su cara de nuevo. Tendrá una certeza, por fin: la desnudez es infinita. Y ella será la que amó, esta noche, a un hombre.
La que perdió desde la boca el corazón en la entrepierna. La que llegó como se arriba a una playa: desapareciendo frente al mar.
Geometrías del amor. Desde ahora, ella sabe que el tiempo ondulará, será cóncava o convexa, ya no tendrá líneas rectas.
Cercada, se apropiará de ese ángulo para lavar una sangre viscosa. Touché. Rastros de la herida y una sola evidencia de consumación.


Liliana Piñeiro

Imagen Mariana Volponi


jueves, 1 de mayo de 2008

JACOBO FIJMAN: HECHO DE ESTAMPAS


"Los médicos hacen lo que pueden sin embargo yo no los odio, Lo terrible que nos traen para que uno no se muera por la calle. Y luego todos nos morimos aquí...”


Eso decía Jacobo Fijman en una de sus notas y es imposible para mí no pensar en Artaud , mas allá de la diferencia en la poética de ambos. Es el cuerpo maltratado de los hospicios, los doctores que buscan silenciar con pastillas el padecimiento, los exabruptos, las voces que rondan a estos poetas que pese a todo nunca dejaron de escribir.
Pero mientras Artaud se rebelaba contra el Padre, mientras escribía contra el juicio de Dios, Fijman como Hölderlin, es el poeta de la bondad, el que adhiere a la figura de Cristo, Cristo Rojo, como el mismo se denominó, el Cristo pobre y también silenciado, el otro “loco” que escuchaba voces en el Desierto y hablaba de sus visiones a los desamparados.
Su primer brote se manifiesta en 1921 cuando vive en una pensión en la calle 25 de Mayo. Es detenido por la policía, maltratado y enviado al Hospicio de las Mercedes (hoy llamado Borda) un 17 de enero. El 26 de julio le permiten irse a su casa.
Aquí comenzaría el largo camino de internaciones y marginación del poeta que opinaba de su locura:

“Corelli, el músico escribió una sonata, “La locura”, después de estudiar esas enfermedades. Después de tocar la sonata, él salía a la calle a conocer gente. Y veía que todos estaban locos. Yo he estudiado psiquiatría. Y creo que los ciegos y sordomudos son dementes. En cuanto a mi obra, los médicos dicen que no hay en ella signos de enfermedad. Y yo lo creo; ya que no hay en mi poesía nada en contra de la gramática que estudiar.”

El violín, junto con el dibujo, era la otra gran pasión del poeta. La música es fundamental. Así lo comentó Fijman en una de sus conversaciones con Vicente Zito Lema: “Mi poesía es toda medida, de una manera que la acerca a lo musical. En Molino Rojo hay una gran influencia de la sonata de Corelli… En Hecho de Estampas, de los cantos gregorianos. Y en Estrella de la Mañana la medición sigue la del latín eclesiástico”.Es que durante mucho tiempo se ganó la vida tocando el violín por las calles de distintas ciudades. Tocaba para ganarse la comida del día. Tocaba en los momentos en estaba librado a su suerte, sin trabajo ni techo seguro.

En Jacobo Fijman la poesía está hecha de imágenes, con un registro íntimo, inocente y pleno de una música entre simbólica y celebrante. De ahí su lejanía con la generación del 22, al salir de las metáforas y las combinaciones estróficas cerradas. Para Fijman, la imagen es la verdadera creación, es una invención, mientras la metáfora es una mera comparación entre las cosas. Lo distintivo de su poesía no es sólo la calidad de estas imágenes, sino la autenticidad de su camino,”el más alto y más desierto”. Molino Rojo, su primer libro (1926), es el antecedente del surrealismo argentino. Ese mismo año viajó a París donde, supuestamente, conoció a André Breton, a Artaud, a Eluard.

En el poema que inicia el libro "Canto del Cisne", Fijman construye con la locura su ars poética, allí palpitan esos versos plenos, la síntesis maravillosa de ese detenimiento en las cosas, en el mundo circundante:

Demencia:
el camino más alto y más desierto.
Oficio de las máscaras absurdas; pero tan humanas.
Roncan los extravíos;
tosen las muecas
y descargan sus golpes
afónicas lamentaciones.
Semblantes inflamados;
dilatación vidriosa de los ojos
en el camino más alto y más desierto.
Se erizan los cabellos del espanto.
La mucha luz alaba su inocencia.
El patio del hospicio es como un banco
a lo largo del muro.
Cuerdas de los silencios más eternos.
Me hago la señal de la cruz a pesar de ser judío.
¿A quién llamar?
¿A quién llamar desde el camino
tan alto y tan desierto?
Se acerca Dios en pilchas de loquero,
y ahorca mi gañote
con sus enormes manos sarmentosas;
y mi canto se enrosca en el desierto.

En 1931 publicó Estrella de la Mañana . El cisne del Molino se convierte en cordero de Dios:

Poema VI

Ha caído mi voz, mi última voz, que aún guarda mi nombre.
Mi voz:
Pequeña línea, pequeña canción que nos separa de las cosas.
Estamos lejos de mi voz y el mundo, vestidos de humedades blancas.
Estamos en el mundo y con los ojos en la noche.
Mi voz es fría y sucia como la piel de los muertos
.

Diez años después de la publicación de este libro, se produjo su internación definitiva. Cuando murió, en la morgue del Psiquiátrico, le ataron en uno de los dedos de los pies, una cartulina con su nombre y un número.
Sólo eso.
“La mucha luz alaba su inocencia”

Lilián Cámera

(ver selección de poemas)
(ver Biografía completa)
Imagen: Fragment of a Crucifixion 1950 - Francis Bacon